Nombre: Groin Hamklor.
Afiliacion: Alianza, Clan wildhammer
Clase: Cazador
Edad: 113 años
Un enano avanzaba abrigado entre la nieve de Dun Morogh, portaba una enorme capa verde y una capucha que le cubría, y de él solo era visible su larga barba pelirroja. Avanzaba lentamente, poco acostumbrado a la nieve, mientras que algunos montaraces que por allí pasaban le miraban como si fuera un extraño, y así era. Groin llego a lo que parecía una pequeña cueva y se metió dentro. Se quito la capa para sacudir la nieve, mostrando sus musculados brazos cubiertos de tatuajes azules, que revelaban cual era su procedencia. Groin encendió un fuego y desde la entrada de la pequeña caverna observo como una tormenta se desataba, y suspiro, añorando su hogar mas allá de aquellas frías tierras, donde los grifos volaban alrededor de los hogares de los Wildhammer, y estos aprendían a montarlos. No en vano, comenzó a recordar cómo había llegado hasta las frías tierras de los Bronzebeard…
Las tierras del interior son un lugar bello, salvaje y peligroso, son el hogar de grifos, lobos, trolls y de los enanos Wildhammer. Aquí fue donde nació Groin, un enano del clan Wildhammer. Fue concebido por Felstod y Grisellei Hamklor, ambos jinetes de grifos. Fue el primero y el único hijo, pues su madre lo dijo después de dar a luz, mientras agarraba por la barba a su marido y tiraba de ella ‘’¡Ni uno más Felstod!’’ . Mas a pesar de eso fue muy bien recibido en el seno de su familia, y querido por sus padres y demás familiares. Solo con 3 años de edad, Groin comenzó a andar y poco después a hablar. Desde que comenzó a tener uso de razón, sus padres y su abuelo Kronelf le educaron en el respeto a la naturaleza y en la historia de su clan, pues en opinión de ellos debía conocerla lo mejor posible. Pronto Groin dejo el calor de su hogar, para comenzar a aventurarse junto a su abuelo en el bosque cercano que rodeaba Pico Nidal. Groin se acostumbro mucho a las tierras del interior, y sentía más su hogar el bosque que la casa que sus padres poseían en Pico Nidal.
Así Groin fue creciendo, y cada vez su abuelo y él se aventuraban mas en el bosque, observando a los animales y cazando para llevar comida y pieles a su casa. Sus padres y su abuelo le enseñaron a combatir con armas de acero y a ser un guerrero de honor. Pero pronto Groin se fijo en aquello en lo que todos los de su clan se fijan, los grifos. El poder estar tan cerca de ellos gracias a las dos monturas de sus padres, creo un gran cariño por estas criaturas en el joven enano. Pronto comenzó a soñar con convertirse en un jinete de grifo como sus padres, y se dispuso a entrenar para ello. Los años pasaron para Groin, y el no ceso de entrenar. Su abuelo le convirtió en un gran tirador, y el solo fue encontrando ese lado salvaje que caracteriza a los de su clan. Pasaba semanas enteras en los bosques, e intentaba encontrar un grifo al que domar, pero siempre acababa con las marcas de unas garras en la espalda.
Durante aquella época, se produjo la primera guerra contra la horda. Aquello no afecto para nada al clan Wildhammer, que a pesar de conocer lo que sucedía en esa guerra, se mantuvieron al margen. Groin pensó más de una vez, que quizás deberían combatir para demostrar a las demás razas el poder de su clan, pero sabía que no lucharían. Más de una vez subía a lo más alto de Pico Nidal para observar el horizonte y el vuelo de los grifos. En aquellos momentos Groin se veía a sí mismo, volando a lomos de tan increíbles criaturas, luchando contra los enemigos de su clan. Esos años fueron buenos momentos en la vida del joven enano Wildhammer.
La noticia del final de la primera guerra no repercutió mucho en su clan, aunque por alguna razón, Groin se sintió aliviado. Las cosas marchaban bien, aunque aun no hubiese podido domar un grifo, lo seguiría intentando y además, cada vez se encontraba mas en comunión con la naturaleza a su alrededor. Su vida era perfecta para él, pero las cosas cambiaron con el estallido de la segunda guerra. Esta vez los orcos habían logrado llegar a Lordaeron, y las cosas no pintaban bien. El clan Wildhammer se unió a la alianza, y los jinetes de grifos fueron enviados al combate. A pesar de que Groin no era un jinete, si que lucho. Muchos enanos Wildhammer tomaron las armas y partieron en busca del combate. Groin adquirió la experiencia de la guerra luchando contra los orcos en Lordaeron. Junto a su hacha, había degollado ya a muchos orcos. Los combates se hicieron más encarnizados, e incluso parecía que la alianza fracasaría, pero no fue así, y victoria tras victoria, se fue empujando a los orcos de nuevo al portal oscuro. Groin estaba deseoso de seguir luchando, pero sus padres decidieron enviarle de nuevo a Pico Nidal, pues no querían que fuera mas allá de Lordaeron. Groin paso el resto de la segunda guerra allí, en Pico Nidal junto a su abuelo, deseando poder ir a luchar.
Pronto llegaron nuevas a Pico Nidal. La expedición que la alianza había hecho al mundo de los orcos, había dado como resultado el cierre del portal, pero desde dentro, y aquellos que fueron quedaron atrapados allí. Los padres de Groin habían acompañado al Thane Kurdran al mundo de los orcos, y allí se habían quedado. Groin no pudo evitar llorar por sus amados padres, pero debía seguir adelante con su entrenamiento. Ahora su abuelo era su único mentor, y debía aprender de él. Muchos fueron los intentos de domar a un grifo, y todos fueron fallidos. Groin empezaba a desesperarse, cuando llego la noticia de la plaga. Según contaban los emisarios, los muertos se levantaban de sus tumbas y atacaban a los vivos, y al parecer, el rey de Lordaeron había sido asesinado. El clan wildhammer se unió una vez más a la alianza, pero esta vez Groin no fue. Mientras en azeroth se libraban batallas decisivas, el se encontraba en Pico Nidal, en su vano intento de domar un grifo.
Las noticias de lo acontecido en Kalimdor llegaron rápidas a los reinos del este. Groin tampoco se impresiono mucho por aquello, ya que seguía inmerso en su entrenamiento. Había logrado casi todo lo que se podía esperar de un Wildhammer, era un guerrero con honor, tenía esa comunión con la naturaleza y lo salvaje típica de su clan, pero no lograba domar a un grifo. Groin ya había perdido las esperanzas, cuando su abuelo, le dijo que quizás, había una experiencia que le faltaba. Le explico que el mejor modo de seguir entrenándose, era viajar. Groin amaba Pico Nidal y las tierras del interior, y no quería abandonarlas, pero le faltaba esa experiencia. Muy a su pesar, Groin decidió partir de Pico Nidal. El primer lugar al que su abuelo le dijo que fuera era Dun Morogh, en el reino de sus primos enanos los Bronzebeard. A pesar de que Groin no sentía demasiado aprecio por el clan Bronzebeard, partió. Había tomado su camino, aunque lo llevara lejos de su hogar, pero como un orgulloso miembro de su clan, debía lograr ser todo un jinete de grifos, como lo fueron sus padres, como el siempre quiso ser. Su mirada estaba puesta en Dun Morogh, y allí iria.[center][center]